Page 25 - FGDP revista GoEL
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No controlamos el cuándo ni el cómo de nuestra partida, pero sí podemos
decidir el sentido que damos a lo que hacemos mientras estamos aquí. Y
si logramos que alguien viva un poco mejor, piense más profundo o ame
con mayor libertad gracias a nuestro paso por el mundo, entonces —de
alguna manera— seguiremos vivos.
Desde mi espacio, desde nuestro espacio, pienso que tenemos la
responsabilidad de vivir de tal manera que nuestras acciones sigan
influyendo en otros incluso después de nuestra muerte. No se trata solo
de acumular logros personales, sino de dejar bienestar, inspiración, alivio o
crecimiento en la vida de quienes nos rodean.
Vivir con ese propósito —el de generar un impacto que perdure más allá
de nosotros— es quizás la forma más humana de vencer la muerte. No
porque la evitemos, sino porque logramos que parte de nosotros
permanezca en las experiencias, los aprendizajes y los afectos que
sembramos en otros.

